jueves, 25 de junio de 2015

Lucha primero por ser feliz

Llevo semanas meditando sobre la competitividad, y si mi falta de espíritu competitivo me ha beneficiado o perjudicado en la lucha contra el cáncer de mama.

Pues bien, cuando me he sentado a escribir sobre esto he preferido saber primero realmente de qué leches iba a hablar.... Así que, cuando me he decidido a tratar este tema, me he ido a ver directamente qué dice el diccionario sobre esta palabreja:

Competitividad:
  • Capacidad para competir.
  • Rivalidad o competencia intensa para conseguir un fin.
Vale. 

No me aclara mucho, la verdad. 

La última conversación que tuve a este respecto, muy reciente por cierto, creo que identificaba competitividad con ganar o dar lo mejor de uno mismo para lograr algo. Pienso que en el mundo que nos ha tocado vivir, esta identificación de la competición con ganar es más que evidente y, sobre todo, justificada.

Como os he dicho al principio, soy la persona con menos espíritu competitivo que conozco... De hecho siempre parto desde un inicio con la idea de que otros son siempre mejores que yo... por lo que no tengo interés en superar a nadie. Siempre la inspiración para realizar las cosas ha sido por simple diversión en muchos casos y en otros, por mera responsabilidad o compromiso. 

Esto la verdad, no lo veo como nada positivo, ni creo que diga mucho a mi favor... 

Ahora bien, ¿me ha ayudado esta falta de interés por ganar en mi lucha contra el cáncer de mama

No os voy a engañar, sufrir esta enfermedad me ha hecho un poco más competitiva. Así, he tenido que esforzarme mucho para no mandarlo todo a la mierda y poder continuar mi vida como la dejé el 16 de Mayo del 2013. 

Ese era mi objetivo. 

Def. 2 Rivalidad o competencia intensa para conseguir un fin 

Es lógico. A ver, uno cuando lucha contra algo, sobre todo, cuando puede costarte la vida, lo que pretende es acabar ganando. Y sobrevivir a la batalla. Así que, sí, he sido competitiva. Claro que quiero sobrevivir. Por supuesto. No quiero decir que me dé igual palmar... Muy lejos de mis deseos. 

Así que, si competitividad es hacer esfuerzos para logra un fin... he aprendido a ser competitiva. Al menos en el partido más duro de mi vida. 

Sin embargo, mi espíritu acompetitivo manda y nunca me planteé esta lucha como una batalla que podía ganar o perder... a pesar de que yo misma siempre he hablado en términos de #ganarlabatalla . 

Acepté que yo era el rival débil y me limité a hacer lo que tenía que hacer... quimioterapia, mastectomía y rehabilitación, tamoxifeno y, ahora, Zoladex. Y cruzar los dedos. 

Ser onco-competitiva trae consigo cierto amargor.

Me explico:

Si eres competitiva y te diagnostican cáncer de mama querrás ganar (yo también, repito) y pondrás todas tus energías en ello... Y lo harás lo mejor posible... pero ¿serás feliz? 

La vida me ha ido demostrando que no hay que ser muy duros con nosotros mismos, que nos exigimos mucho sobre todo, a estar a la altura en los grandes momentos de nuestra existencia. Si te exiges mucho durante este período lo más probable es que caigas en la desesperación y el desánimo, porque por muy bien que lo hagas, por muy dura que seas... el cáncer suele ganar muchas batallas y a veces, la guerra. 

Cuando alguna onco-amiga me pide un consejo siempre le digo lo mismo... no tengas prisa y no seas muy dura contigo. (Creo que este consejo que me animo a dar os vale a todos).

Cuando estamos enfermas de cáncer solemos caer en el error de querer hacerlo todo como antes... y no podrás, te faltarán las fuerzas y/o el ánimo. Si eres competitiva, sacarás fuerzas de donde sea y estarás ahí al pie del cañón. Pero te pido, por favor, que te platees si eso te merece la pena.

Cuando estamos enfermas de cáncer y tenemos que enfrentarnos a una quimioterapia queremos estar delante de los demás sonrientes y tener buen aspecto... y no podrás estar bien siempre. De hecho, estarás mal la mayor parte del tiempo. Si eres competitiva, dedicarás tiempo a estar guapa, delgada (se suele engordar por los corticoides y la propia medicación), a sonreír, a atender a todos los que te quieran ver... Porque eso significa que estás dándolo todo para luchar contra el cáncer. De nuevo, te pido que te preguntes... ¿eso me sirve para superar el cáncer de mama?.

Cuando estamos enfermas de cáncer y nos dice el médico que va a amputarnos los pechos... querrás que esto no ocurra. Sin embargo, si eres competitiva, querrás hacer de tripas corazón y les dirás a todos que no es tan importante y eso te salvará la vida. Pregúntate si merece la pena ocultar tu vulnerabilidad y tu miedo. 

Para mí, mirando sobre mi hombro, suele ser un error... un error que hace más llevadera esta enfermedad al mundo mundial, pero que a nosotras nos genera una carga. Una pesada responsabilidad que en muchos casos nos hace infelices y nos complica nuestra recuperación. 

Si me lees y estás luchando, te diría que pienses en tí, en lo que te hace feliz en cada momento de esta etapa de tu vida y que la búsqueda de la felicidad guíe tus pasos, no la continua lucha por ganarle al cáncer. 

El simple hecho de intentarlo... ya basta. Ya te convierte en una luchadora. En una campeona. No hace falta que seas perfecta, que no llores de rabia, no hace falta que disimules que no te importa tu aspecto, no hace falta que lo hagas todo sola,... porque esta enfermedad se ceba con todos, seas fuerte o débil, seas de espíritu ganador o perdedor... 

Nada de eso le importa al cáncer... El cáncer cree que esforzarte por dar lo mejor de tí está sobrevalorado. Hijoputa. 

Si tienes que luchar y ganar, mejor lucha por ser feliz y se feliz.


Nota:

Sí, creo que mi falta de espíritu ganador y competitivo me ha ayudado en la enfermedad.

Nunca tuve que enfrentarme al enemigo... sólo hice el camino con él... Sólo importa llegar a casa, sana y salva. 




jueves, 11 de junio de 2015

Todo en esta vida es voluntad y decisión...(Fábula)

Un individuo fue a visitar a un consejero para decirle que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.

El consejero lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra:

Ámala. —Luego se calló.
¡Pero es que ya no siento nada por ella!
Ámala —repuso el experto ante el desconcierto del señor

Verás que no es fácil, pero no es imposible tratarlo. 

Después de un breve silencio, agregó lo siguiente:

Amar es una decisión, no un sentimiento. 
Amar es dedicación y entrega. 
Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. 

Tu amor es un ejercicio de jardinería: arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega, procura y cuida. 

Debes estar preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, mas no por eso abandones tu  jardín. 

Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela. 

Eso es todo, ámala.

martes, 9 de junio de 2015

Marcados de por vida

Tras unos días intensos, propios de una boda muy esperada, vuelvo al blog. 

Hoy me había propuesto escribir ya que estos días han estado llenos de momentos dulces, pero que traían recuerdos amargos: 

Me casé hace algo más de dos años. Recuerdo aquel día siempre sonriendo porque en todas las visiones de mí misma vestida de novia estoy riéndome. 

Pero ese día tenía cáncer.

Y aunque no lo sabía, sabía que tenía un bulto en mi pecho que ya empezaba a preocuparme.

No puedo evitar recordarlo. 

Siempre pienso que nosotros, Anto y yo, también teníamos derecho a vivir esos días con plena felicidad y haciendo realidad aquellos planes que durante los años de noviazgo habíamos hecho. No pudo ser y 3 meses más tarde yo estaba enganchada a un gotero y nuestras prioridades cambiaron de golpe. 

El cáncer ha dejado en mí una gran sensación de pérdida, que hace acto de presencia algunos días. 

¿Qué siento que he perdido?
  • Perdí mi primer año de casada entre sesiones de quimio, noches en vela, dolores, rabia, amargura, fatiga, llagas,...
  • Perdí mis tetas.
  • Perdí algunos sueños que quería realizar junto a mi Anto, que puede que nunca se puedan cumplir.
  • Perdí vida laboral, de forma que hay mucho tiempo en blanco en mi CV.
  • Perdí amigos y amigas en el camino. 
Pero estos días lo que más siento que he perdido son buenos recuerdos de mi boda y mi viaje de novios porque en ellos ya estaba el cáncer alojado en mí. 

Y ya no podré recuperarlos. Nunca. No hay marcha atrás. Habrá otros buenos momentos. De hecho, todos los días lo intento...y los enfados no nos duran mucho porque ya hemos perdido mucho tiempo luchando contra un enemigo terrible, como para perder el tiempo con riñas.

Siempre lo hago, sustituyo mis pérdidas por otros buenos momentos, en compañía de mi Anto y de grandes amigos y amigas, que estuvieron y están. 

Estos días me preguntaron de nuevo si ya estaba recuperada... A ver como explico esto, de nuevo: Nunca podré recuperarme porque nunca seré la misma. Ni por fuera, ni por dentro. Esto no es un resfriado, ni un esguince, ni una herida mal curada... 

Y días como hoy deberían serviros a los sanotes para conocer la realidad del cáncer. ¿Por qué digo en días como hoy?

Hoy Pedro Zerolo nos dejó después de luchar contra un cáncer de páncreas. Luchó hasta el final y su actitud durante todo este tiempo para mí ha sido ejemplar. Lástima que no pudiera recoger su acta de diputado en la Asamblea de Madrid, porque se lo curró hasta el final. Igual que el padre de Susana. Que hoy supe que se le complicó de nuevo la vida y esta lucha es una lucha de Gigantes. 


Pedro Zerolo se marchó siendo un ejemplo para todos, pero sobre todo para los que sobrevivimos al cáncer o lo intentamos con todas nuestras fuerzas. 

El cáncer nos marca a todos los que lo sufrimos y sobrevivimos, porque sentimos tantas pérdidas que duele en el alma tener que ser agradecidos por seguir teniendo la oportunidad de vivir. Por eso nunca nos recuperamos. La pérdida de Pedro Zerolo nos recuerda a todos que el cáncer no discrimina entre edad, género, orientación sexual,... ni respeta los momentos importantes de tu vida para no estropeártela. 


Es tremendamente duro tener que agradecer que tenemos vida por delante Es un ejercicio de humildad y voluntad, ejercicio que durará toda mi vida y que suspendo en numerosas ocasiones. 

Sé que el que cree que te has recuperado por tu buen aspecto no es consciente de lo que pregunta, pero hay ocasiones en las que creo que deberían sentirse agradecidos de que no les contestemos una fresca...porque yo también tengo mis día grises y mi paciencia no es infinita con todo el mundo. Sobre todo con quien no se lo merece. 

Creo que estoy siendo clara y sincera. Mucho. 

Si estáis sanotes y sabéis lo que es perder algo realmente importante, me entenderéis al 100%.
Los que estéis sanotes y penséis que los enfermos de cáncer nos recuperamos, y después de leerme, sigáis pensándolo... También habéis perdido algo importante en vuestra vida: el sentido y la sensibilidad. 

Hoy es martes 9: hace 2 años y 3 meses que me casé. Hoy hay cosas que celebrar... porque hacen falta nuevos recuerdos.

La canción que viene hoy a mi mente y que le quiero dedicar al papá de Susana creo que es una de las mejores canciones que se han escrito en España... escrita y cantada por uno de los mejores autores (y voces) que hemos tenido en este país...que también nos dejó por el cáncer.



Creo en mis mis tonterías...  

lunes, 1 de junio de 2015

Un nuevo Junio

No me he olvidado del blog... pero ya sabéis que unas veces está una más inspirada que otras... No es cuestión de no tener tiempo. 

Junio inspira... 

Si algo sabéis de mí, ya podéis imaginar lo que representa Junio para esta que escribe. La primera vez que nací era Junio, un día 22... Hace ya casi 37 años. Soy de esas personas que tienen la suerte de haber nacido dos veces y, sí, no me he vuelto loca, es una suerte volver a nacer a pesar de haber pasado por la aventura de superar un cáncer de mama.

A pesar del dolor, he encontrado la esperanza... y un nuevo mes de Junio me recuerda que sigue pasando el tiempo y yo sigo aquí. Y tengo un millón de cosas por hacer y por aprender. 

En estos días, me estoy leyendo un libro fantástico, que os recomiendo a todas:


Sin descubrir nada sobre él en estas líneas, os puedo adelantar que lo bueno de este libro no es que te anime a cambiar de vida en busca de la felicidad, la paz y la prosperidad... sino que realmente te ayuda a cambiar y darte cuenta de que siempre hay tiempo para llevar la vida que uno siempre ha deseado

Sin embargo, lo importante de este libro es que te da las herramientas necesarias para llevar a cabo este cambio... ejercicios sencillos (pero que implican gran esfuerzo y sacrificio), que poco a poco te ayudan a cambiar y a mejorar tu vida en pos de la felicidad. ¿No nos quejamos siempre de querer ser felices, de lo mal que esta el mundo, de la mala suerte que tenemos? Pues acá tenemos el Manual del Cambio... y sí, está en tus manos... Lo demás, es excusitis.

Cambiar requiere esfuerzo y aprender cómo hacerlo es todo un arte... que implica compromiso y esfuerzo. Nada es regalado en esta vida. 

Hoy no me quiero extender mucho más, pero quiero hablaros de una de las cosas que he aprendido en sus páginas, la REGLA DEL 21

"si haces algo durante 21 días seguidos, se convertirá en un hábito"...

Estoy en una nueva etapa de mi vida y es momento de plantearme muchas cosas y de llevar a cabo nuevos proyectos... Así que, con esta entrada inicio mi "ejercicio espiritual de cambio y nuevos propósitos", por decirlo de alguna manera, y espero crear un nuevo hábito en mi vida, que me haga más feliz y más consciente de mi fuerza y coraje.

Pronto se acerca mi cumpleaños, que es el día 22... casualmente ese día, si cumplo con la regla de los 21 días, habré adquirido un nuevo hábito... que estoy segura, dará sus frutos, con voluntad... siempre con voluntad.

Por los nuevos proyectos...y la ilusión de hacerlos realidad.

Feliz Junio....