He sacado un huequillo esta mañana para dedicarle al blog. Ahora, al estar parada, tengo bastante más tiempo para dedicarle, lo que no significa que lo haga y, sobre todo, que el tiempo que le dedico sea productivo.
Ya sabéis. Yo soy de las de más vale al menos intentarlo.
Hoy, ordenando la casa me he dado cuenta de la cantidad de recuerdos que se esconden en los objetos de mi casa. Me estoy refiriendo a oncorecuerdos. Si estás pasando por un cáncer de mama me entenderás y estarás comprobando en tus propias carnes que la gente, no sólo te quiere, sino que te lo demuestra y, en muchos casos, de forma material.... Vamos, que te hacen muchos regalitos. A veces, son pequeños detalles, que yo, concediéndoles poderes mágicos, los llamo amuletos.
A mi me regalaron miles... y a todos ellos, en menor o mayor medida me aferré para curarme. Aún me aferro, para sobrellevar los momentos difíciles.
No es nada raro en mí porque soy de esas personas que tienen bastante apego a las cosas materiales... A ver, entendedme bien. No quiero decir que sea materialista. De hecho, siempre me ha bastado con lo que he tenido ni he envidiado tener más... aunque no he renunciado al sueño de ser millonaria y no tener preocupaciones de cómo pagar la hipoteca. No soy materialista, pero no soy tonta... o al menos, intento no serlo.
Cuando digo que le tengo apego a las cosas materiales me refiero a esa pulsera que me regaló mi madre, o esa casita-chimenea que compré en Londres, o ese muñeco que lleva toda la vida conmigo. Si la pierdo, lloro. Si se rompe, lloro como una magdalena. Si no lo tengo conmigo, ¿a quién le lloro?
Helena |
Antes de caer enferma, pasé por una época complicada, económicamente hablando. Trabajaba en la Fundación CENTA y estuvimos una temporada, muy larga, sin cobrar o cobrando a cuentagotas. Mi hermana, que es más creyente que yo, me regaló una medallita de la Virgen Macarena. Que me acompañó durante ese tiempo. La llevaba en mi monedero, para recordarme cada vez que abriera el monedero, lo que es realmente importante.
Cuando me senté en esa butaca de quimio el 6 de Junio del 2013, también me acompañaba. Y... era impensable que se me olvidara en las demás sesiones. Bueno, se me olvidó en la última, pero esa ya estaba chupada!!!!
Os cuento este rollo, sobre todo, a las que vais a pasar por un cáncer de mama o estáis pasando por él, porque en este camino, no os engaño, hace falta ser fuerte y valiente, pero, lo más importante que debéis saber es que os harán falta algunos bastones para apoyaros.
Mis bastones, además de todos los que me apoyaron, que no los cambio ni por todo el oro del mundo, eran estos pequeños regalos que me hicieron...porque en la soledad de mi enfermedad, ellos "mágicamente" me concedían un bonus de energía más. Me acordaba de la persona que me lo había regalado y ya no me sentía sola. Ni triste. Ni enferma. Bueno, enferma sí, pero menos.
Entre los regalines, destacaron mucho los santines. Mi mesa de noche era un altar, que ni un torero.
Ya os digo que no destaco en ser la más creyente del mundo mundial, sobre todo, porque creo que la Virgen de Setefilla no me ha echado muchas manos, ni la Macarena, pero tampoco les echo la culpa y como quién me las regalaba, sí que creía, su fe se volvió la mía. Y en cada estampa, estaba esa persona y su deseo de que me recuperara....Gracias. Me he recuperado. O en ello estoy.
Esto me recuerda que no quiero pasar sin deciros una cosa:
Por favor, NUNCA NUNCA NUNCA penséis que esto del cáncer es una prueba divina para hacerte más fuerte.
Si existe Dios, te quiere... y no te desea ningún calvario. Él, entiende de calvarios. No los quiere para tí. Dios no tiene nada que ver con la enfermedad que tienes. Si te digo que si eres creyente, estás de enhorabuena, porque búscalo, te dará consuelo.
Hoy, esta entrada quiere hacerle un homenaje a mis oncoamuletos... pero no por lo que valen, sino por las personas que se esconden detrás de ellos.
En mi Instagram, están todos... Acá os dejo algunos...
Oncoamiga, aférrate a los que te quieren. Aférrate a cada momento de felicidad... Guarda los recuerdos de este momento tan difícil, guárdalos como te digo, en pequeños objetos... Serán tu fuerza para continuar por la esperanza que vive en ellos. Cuando te recuperes, que te vas a recuperar... Te servirán para que nunca olvides lo valiente que eres... y que puedes con todo!!!!
Gracias herma.... Quizá, el regalo más difícil. |
Gracias por querer a Anto.... |
Gracias Paqui... aún recuerdo cuando lo recibí... Y lo que lloré. Gracias por estar ahí, tan lejos, pero tan cerca. |
Gracias Titos, por las plantas, los dulces... Ainss, esas tortas de aceite!!! Por mi fofucha, que es más guapa que yo. |
Mil gracias por endulzarme la vida |
Gracias mamá... Siempre. |
Mi pulsera de chicas fuertes... |
Gracias Julio y Vane. Juva apareció en mi habitación recién abría los ojos... Y sonreí. |
Y no podía faltar... Gracias Leonas. Leona apareció en mi vida cuando empecé a volar sola... Con vuestra ayuda... |