"Lo bueno si breve, dos veces bueno" - dice el refrán.
Las enfermas de cáncer de mama que he conocido y yo misma, en primera persona, hemos aprendido que la vida son instantes.
Nosotras somos un saquito de instantes desde que nos diagnosticaron cáncer de mama... Un saquito que se va llenando y llenando.
Y pesa cada día más.
Lo llenamos, como todos, de buenos momentos y de algunos malos, que nos hacen valorar mucho más los instantes memorables que nos ha regalado la vida después de creer que teníamos las horas contadas.
Yo llevo más que un saco, una mochila a reventar... voy para 4 años!!!!
4 años de instantes
Mis instantes se mezclan con los instantes de otras oncoamigas... Y a veces se me aprieta el corazoncito cuando pienso en ellas y conozco de sus instantes.
Parece que la vida es para valientes
Y parece que nos ha tocado serlo siempre
Hoy pienso mucho en Mari Ángeles... y la sonrisa del día que la conocí. Fue un instante, pero me llenó la cabeza con esa visión y ese sentimiento de encontrar físicamente a alguien que te entiende plenamente.
Te ha tocado llenar tu saquito o tu mochila con un instante cruel y duro de asimilar... y de nuevo toca ser valiente.
He leído un libro titulado "La luz que no puedes ver" y una niña ciega puede poner palabras a lo que yo no logro explicar nunca...
"No se trata de valentía, es que no tengo otra opción.
Me despierto y vivo mi vida, ¿acaso no haces tú lo mismo?
La luz que no puedes ver
Anthony Doerr
Desde ese maldito 16 de Mayo del 2013 he oído mil veces lo valiente que soy (o somos). Se ha convertido en una carga tener que ser valiente siempre.
O yo al menos lo siento así.
Es difícil asumir que van a tener lugar instantes malos después de tener cáncer de mama.
Nos merecemos otra cosa
Pensamos eso
Pero los instantes malos se meten en la mochila como los instantes de risas y de plenitud.
Es la vida
Pero no es cuestión de ser valiente
Es cuestión de vivir
Y aceptar que la vida es así
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