miércoles, 20 de enero de 2016

Mantras... o cómo dejar el pasado atrás

Hoy tengo un día de esos en los que o me como al Mani empanado o practico meditación. Vamos, que tengo ansiedad. 

¿Qué hago cuando estoy así? 

Unos días como... Otros, leo. Otros, medito, cuando tengo predisposición a ello.

Hoy es de esos días. 

Y ahora que lo he hecho, me siento a escribiros. 

Sin introducirme en el mundo espiritual, hoy os dejo un consejo a las pacientes oncológicas y supervivientes más sensibles.

Cuando superé mi mastectomía, gracias a mi amiga y compañera María del Mar, me inicié como principiante en el yoga. 

Doy todos los días gracias por ello, porque aunque no lo practico a diario, ni sigo esa forma de vivir, sí que es cierto que me ha permitido aprender ciertas herramientas para conocerme mejor y aceptar muchas cosas que me han pasado... sin odios, ni rencores, pero me han dado el valor para dejar atrás TODO LO NEGATIVO que me oprimía en mi vida (incluidas personas) .

Principalmente, la práctica de yoga me permitió recuperarme físicamente. 

Y eso chicas es entrar en un círculo, nada vicioso o sí. Me refiero que cuando haces una actividad física, que te cuesta, pero acabas sintiéndote mejor, quieres más. Te sientes tan bien que te crees capaz de hacer más cosas. Y, en serio, las puedes hacer. 

El poder de la mente es increíble y te da alas en la vida para todo. Lo difícil es creer. Una vez que crees, oye, no es que sea fácil, no es que lo vayas a lograr, pero si no das el primer paso, seguro que no lo logras.

Y ahí es donde la práctica de yoga juega un papel fundamental.

No sólo me permitió recuperarme físicamente, como os he dicho, sino que tras cada sesión, encontraba la paz y el equilibrio... Y me sentía más feliz, más en paz conmigo misma. Y aún lo consigo. 

Por ejemplo, no nos damos cuenta, pero no tenemos ni idea de respirar. Nos limitamos a creer que basta con ese proceso involuntario de inspirar aire y expulsarlo, así, sin casi darnos cuenta. Yo he aprendido gracias a mis clases de yoga que saber respirar es parte de las solución a muchos problemas. En serio. Pararme a respirar, a tomarme mi tiempo para, no sé, 2-3 minutos como poco, me ha permitido en numerosas ocasiones no dejarme llevar por el nerviosismo, el estrés, el enojo, la ira y levantar las 7 plagas de Egipto. 

Los mantras tienen que ver con esto. De nuevo, sin profundizar en lo espiritual o en creencias, un mantra es una pequeña frase que se repite constantemente. ¿Para qué? 

Pues básicamente, para relajarte. Intuyo que es algo más místico. Yo no he experimentado eso, pero si que he oído mantras, cuyo ritmo, me ha permitido desconectar absolutamente de todo. De no saber donde estaba, vamos. 

Hay muchos mantras. Hinduistas, budistas,... y de Sevilla Este. Yo tengo los míos. Son palabras que me repito para relajarme primero y ganar lo que yo llamo, conciencia de mi situación. Y de que controlo los nervios y los miedos. 

Hay uno que aprendí que es: 

Om Gum Ganapataye Namah

No sé si está bien escrito, lo lamento. Es un mantra-oración, para mí sedante, en serio. 

Me gusta porque es rítmico y está dedicado al dios hindú Ganesha y su historia me gusta mucho. Este dios es el elefantito con cuerpo humano ese con una mano levantada.



(Sacado de internet): Ganesha es el dios de la sabiduría y el éxito, y el destructor de todos los obstáculos. 

Nosotras sabemos de obstáculos, ¿verdad?

En teoría, recitar este mantra ayuda a remover energía negativa, a despertar y así tener "las narices" de lograr nuestros objetivos y dejar el pasado atrás.

Sé que hoy me leeréis algunos y diréis, entre lo de ayer y hoy, Ana está zumbada. No os quito parte de razón oye, pero funciona. 

Oncoamigas muertas de miedo y ansiedad... funciona. Funciona este mantra, así como otros: 

Shanti
Lokah Samastah Sukhino Bhavantu
OM (conocidísmo por todos)


Funciona con vuestro nombre. Bueno, al menos, el mío que es cortito y "simétrico". A-NA funciona, no sé que tal será con María Concepción, vaya.

A-n-a

Yo suelo "recitar" cuando acabo mi práctica de yoga, pero en momentos como los que vivo ahora, pendiente de un empleo y pendiente de mis revisiones, sentada acá en mi ordenador también "recito". 

Consiste en cerrar los ojos, sentarme cómodamente, como la flor de loto (cuando puedo y mis piernas me dejan) o como me apetezca, abro el corazón y empiezo a respirar. Otras veces, busco mantras en Youtube (cantados por monjes por ejemplo).

Es mi forma de encontrar:

paz mental

paz corporal

paz en casa

paz vital

Es... dejar atrás el pasado.




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