Viene resultando injusto que lleve ya meses con este blog y no le haya dedicado nada especial a mi compañero de fatigas.
Mi Anto.
Dicen que puede resultar posesivo decir mi Anto. Quien conoce a su familia sabrá que o le añado el mi o termino con 5 o 6 Antos... Si creías que Antolín era un nombre poco frecuente, es que no conoces a ningún miembro de la familia Isidro.
Mi Anto tampoco es un hombre frecuente. Uno entre un millón.
Retomo.
No voy a hacer una entrada contando sus virtudes, que son innumerables. Ni sus defectillos, que son pocos, aunque de esos que saben irritarte. Así le damos vida a nuestra vida, ¿no?
Mi entrada de hoy es para deciros a las mujeres luchadoras, y mujeres en general, que antes, durante y después de un cáncer de mama puede estar tu compañero. ¿¿Qué quiero decir con esto?? Que si tu relación se basa en el respeto y en el compromiso, y sobre todo, el amor y admiración mutua, una quimio y dos pechos menos, convertidos de la nada en goma, no podrán con vosotros.
Esta enfermedad, como ya he comentado en ocasiones anteriores, va acompañada de la continua sensación de miedo. Y sí, tienes miedo a que tu carácter se endurezca, tienes miedo a que te apartes de tu compañero, tienes miedo a que él se aparte de tí,... Si estás soltera cuando te ocurre, puedo imaginar que crees que tu vida sentimental ha acabado y no digamos la sexual.
No os voy a engañar. Las personas no somos hombres o mujeres, somos personas y si tú estás asustada, él también. Pasar por esto puede acabar con la relación más duradera de la historia, pero, es que acaso no se rompen relaciones por cosas más simples???
Lo que te quiero decir, amiga, es que confíes en él, cógete de la mano y haz todo el camino con él. No seas tú la que lo apartes de tu vida. Si un día te enamoraste de él es porque lo considerabas valioso y con un corazón generoso. Pues, si no estabas equivocada, en esta situación se crecerá.
Quien conozca a mi Anto sabe que no hablo por hablar. Ni creo que se sorprenda de cómo se ha portado conmigo durante este año y lo que me queda... Está agotado, como yo, pero aún me empuja para continuar animada y positiva. Siempre se lo digo y hoy lo hago públicamente, si he podido aguantar todo esto ha sido por él porque en mis horas bajas, que han sido y son muchas, siempre está ahí para que no caiga. Siempre.
Fue mi compañero el que me abrazaba cuando lloraba en la cama antes del diagnóstico definitivo, el que entendió que lo primero era pasar por la quimio lo antes posible y no pasar por un tratamiento de preservación de la fertilidad, que ni emocional ni físicamente, estaba preparada para soportar, el que afeitó mi cabeza cuando yo no tenía valor ninguno para ello, el que miró mi mastectomía antes que yo, y, aunque él no lo sabe, no puso cara de horror, el que me hacía las curas cuando yo no podía ni moverme, el que se ha acostumbrado a mi nueva imagen con una normalidad que me deja a veces pasmada, el que se vuelve loco con tanta cita médica, pero ni rechista, ... y lo mejor, el que ha hecho todo por mí y no sorprende porque todo el que lo conoce, sabe cómo es y que esto que cuento no es nada que no se pudiera esperar de él.
Pensamiento positivo: me hubiera gustado que los primeros años de casada no fueran así, pero tengo la gran suerte de haber comprobado que no, no me equivoqué con él, que está ahí... SIEMPRE.
Es una suerte, mi suerte. Porque él no es familia, a él lo elegí yo. Y él a mí.
Luchadora, si me lees, espero que tengas mi misma clase de suerte, porque el viaje de la supervivencia es duro, pero bien acompañada es mucho más llevadero. Confía en tu compañero. Si estás soltera, créeme, un hombre de corazón valioso sabrá ver lo guapa que eres y admirará lo luchadora que eres y el coraje que has demostrado. No verá tus cicatrices.
A las mujeres sanotas, deciros que los hombres no son todos iguales. Puede que para dormirse siempre en el sofá viendo una peli, para decirte cómo debes conducir, para no darse cuenta de que te has cortado el pelo,... sí sean todos iguales, pero hay hombres de un corazón enorme que son capaces de fijarse en las tetas de una actriz en la tele y sin embargo, son capaces de vivir con una mujer que no tenga... porque la quieren. Así de sencillo.
No sé si me explico. Los hombres, hombres son, pero tienen valores y corazón y si tu estás en el suyo, no te preocupes por tus cicatrices, ni por tu ausencia de pecho o porque los que tienes ahora son de goma. A él le gustas por algo más que tu imagen y, piensa que tienes la oportunidad de comprobarlo. Las sanotas deben confiar en que su compañero actuará igual, pero no lo saben. Tú sí.
Si tu compañero no te responde en esta fase de tu vida, créeme, la felicidad la buscas tú. Piénsalo al menos.
Yo me levanto y me acuesto todos los días desde hace más de un año sintiéndome afortunada. Eso, con un cáncer y dos pechos menos. Toma ya, Ana. Y cuando a veces siento que mi vida está parada y debo ir al médico continuamente para que me examine con lupa que sigo bien, mientras que los demás siguen con el curso normal de la vida en pareja, miro a mi derecha o izquierda y llega él, a decirme, qué prisa hay.
Mi Anto no leerá esto. Él se lo pierde. Pero no lo escribo sólo por él, lo escribo para mí, para las luchadoras y para las sanotas.
Dejaros querer, que a veces, no sabemos, y espero que os acompañe en el camino un hombre de gran corazón.
Se me va la voz
Precioso Ana... Espero que tu Anto lo lea!!! Y si, hay algunos hombres buenos!
ResponderEliminarGracias guapa!!! Lo leerá cuando este preparado o sienta curiosidad!!! O cuando se entere de las lindezas que voy diciendo de el!!! Jejeje!!
EliminarSin palabras. Lo has dicho tú todo sobre la bella persona que tienes a tu lado
ResponderEliminarUn campeón...
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