Hoy saco tiempo para escribir por necesidad.
He aprendido este último año que lo que nos permite mantener la cordura es hablar y, como dice el Dr. Rojas Marcos, hablar, aunque sea con uno mismo. Así que, hoy no pasa nada si no me lee nadie... hoy me hablo a mi misma.
Hoy necesito hablar de las revisiones post-cáncer. ¿Cómo es posible que tenga más miedo ahora que estoy limpita que antes cuando convivía 24 horas con un cáncer? Pues sí, me pasa. Y la lógica y la objetividad que te da entender los resultados de las pruebas no sirven de mucho cuando te da una "paranoia".
A ver, yo no sé como serán las demás chicas que pasan por esto. He leído mucho sobre cómo afrontar el tratamiento, la intervención, etc., pero, ¿cómo afrontar el miedo a tantas pruebas cuyo objetivo es descartar que no tienes algo malo?
Tuve una primera revisión complicada... quistes/nódulos en el hígado... Al final hemangiomas, que me gusta denominar, afectuosamente, mis lunares. Esta segunda revisión, tampoco me da una tregua. Me empiezo a conocer la canción: no es nada, pero hay que asegurarse. Así que, además de la batería normal de pruebas, te mandan algunas más y algunas, un poco complicadas.
Puto tamoxifeno.
Creo que pronto editaré una entrada sobre esta pastilla del demonio.
Estoy sintiendo especialmente estos días la crueldad de esta enfermedad. Me he recuperado, pero.......he perdido mis pechos, he pasado por un quinario para tener dos nuevos pechos, que aún están en reparación, me tomo una pastilla diaria que será mi compañera durante 5 años, pastilla que me regala esperanza, pero que me castra y aún eso, no le parece suficiente. Tiene tantos efectos secundarios y creo que a mi me dio el peor, el que más miedo da. Quiere mi endometrio.
Si alguna vez os quejáis de ir mucho al médico porque no os recuperáis de, no sé, un resfriado, una infección de orina que no se cura (creedme, sé de que hablo), pensad en lo cruel que es recuperarte de un cáncer y que cada 3 meses, ya sano, repito, sano, tengas que ir al oncólogo, cirujano y ginecóloga y llevarles a cada uno una batería de pruebas y pensar que...bueno, si hay algo, lo pillan a tiempo no?? Es que sientes que no estás curado. Sientes que ahí está el cáncer esperando el mejor momento para aparecer. Sólo se me ocurre, por respeto, aguantarme porque hay cosas peores, ir al médico miles de veces porque el cáncer no te abandona, por ejemplo.
Ante semejante panorama estas próximas semanas me toca reafirmarme en mis convicciones de que hay que aceptar lo que viene, levantar la cabeza y decir, revisadme. Hoy, aunque digo todas estas cosas, me encuentro mejor que ayer, más optimista y mucho más, realista. Acepto que esto es lo que hay y que mis médicos quieren lo mejor para mí. Acepto pasar por más pinchazos, más electros, más quirófanos, más resonancias, más ecografías, ... lo acepto porque a día de hoy, estoy limpita y si veo cómo estaba hace un año, ahora no puedo quejarme de nada.
Lo digo en alto. Lo dejo escrito.
Sé que todo irá bien.
Tengo todo lo que me hace falta.
You gotta be
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