lunes, 30 de junio de 2014

Momentos difíciles

Lunes, de nuevo. Tarde, casi martes.

Lo mejor que le puede pasar a una en estos momentos es tener la sensación de que el tiempo vuela, especialmente cuando en muchos momentos se te ha hecho eterno.

¿Por qué el tiempo parece eterno en los momentos más difíciles de la vida? No lo sé, no tengo oncorrespuesta aún, pero es así. 

Sin embargo, llega un momento, después del cáncer, en el que el tiempo vuela y resulta que vas recordando fechas y van sumándose meses... 8 meses ya... Y lo difícil se te hace fácil. Parece milagroso visto así.

Con esta frase quiero dirigirme concretamente a una persona, una amiga, a la que estos días se le están haciendo eternos y desgraciadamente, se debe al cáncer.



Cuando me diagnosticaron cáncer de mama, ya conocía a gente que había tenido distintos tipos de cáncer... supervivientes. Orgullosos supervivientes, pero también conocía, más o menos de cerca, otros casos que no acabaron bien. Desgraciadamente. Tristemente. El cáncer es así de cabrón, con perdón. 


Mi oncólogo no me habló de pronósticos de vida. Sólo me hablo de quimioterapia y que estaba convencido de que respondería muy bien a la quimio. Y así fue. 6 sesiones de quimio, tumores desaparecidos macroscópicamente. ¿Cómo no confiar en él ciegamente? Sin embargo, mi cirujano de mama, el Dr. Villanueva, me habló de un excelente pronóstico... pero como era el que me quería quitar mis tetas, como que no me fiaba mucho de él. De cualquier forma, yo no tuve que enfrentarme a prónosticos...mi lucha era a ciegas. 

Cuento esto para decir que no tengo ni idea de cómo puede afrontar uno la lucha contra el cáncer cuando te hablan de prónosticos poco favorables. Ni idea. En mi caso, a veces, te confías y crees que ya estas curada. Luego caes en que el oncólogo no baja la guardia y es cuando sabes que esto es una putada. 

El cáncer ha entrado en la vida de mi amiga. Con lo devastador que ha sido la noticia para ella y para su familia, no sé si acertaré a decirle lo que pueda ayudarle. No puedo decirle, todo irá bien, porque no lo sé. 



Pero tengo algo que decirle, que sí sé:


Amiga, sí sé que el que lucha, gana siempre. 
Sé que habrá pequeñas victorias en el duro camino que iniciáis.
Sé que llegará un momento en el que reiréis sin sentiros culpables por reír.
Sé que la esperanza lo renueva todo. 
Sé que hay vida en el cáncer.
Sé que SÍ SE PUEDE GANAR LA BATALLA AL CÁNCER.

Y como dice una de las personas que más admiro, superviviente de cáncer, el precio más caro que se paga, es no intentarlo. 

Hoy me despido ya. Hoy soy yo la fan de un nuevo luchador.


ÁNIMO. FUERZA. CORAJE. Y AMOR, MUCHO AMOR.


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