martes, 10 de enero de 2017

En proceso...




¿¿Cómo va ese 2017?? 

Sí, ya sé que llevamos sólo 10 días, pero es que en 10 días pueden pasar tantas cosas....

A mí me han pasado... y mi perspectiva del año ha cambiado ligeramente... a mejor. 

En sólo unos días. 

Así de voluble resulto ser. 

Sé que tengo el blog algo abandonado, pero entendedme, estoy estudiando de nuevo y me queda poco tiempo... 

Mentira. No es por poco tiempo, es por agotamiento. 

Me quedan pocas ganas e ideas que contaros. Sé que quiero seguir unida a vosotros, especialmente a vosotras, pero estoy en proceso de cambio, aunque lo percibo más bien como "en un proceso de espera para el cambio". 

Estoy como anclada. Parada. 

Esperando un cambio. 
Deseando un cambio. 
Trabajando por un cambio. 

Así que acá ando. Entre apuntes y documentos, tratando de ponerme al día en educación y adolescencia. 

Y me he dicho, si descanso un ratín, que sea para mis compañer@s de viaje. 

Os hablaba de pequeñas cosas que pasan que cambian la percepción que tienes de tu propia vida o de lo que te espera en la vida. Cuando pasé por la quimio lo acepté bien porque sabía que acabaría... que volvería a sentirme bien, que recuperaría, no sólo el pelo, sino la energía que había perdido. 

Así con todo en mi vida. 

Siempre he creído que después habría algo que minimizaría lo malo. 

Lo malo es que el cáncer de mama me ha traído a una realidad más cruel, la de pensar que por muy putas que lo haya pasado, no siempre me espera una recompensa. 

La vida no recompensa. 

Sólo es vida. Un día tras otro. 

Tú eres el que escoge el color al despertarte... o a medida que van pasando las horas. 

Eso sí, siempre hay ayuditas. 

A mí me ha pasado eso. 

El último año lo he pasado siendo demasiado realista. No sé, más bien, resignada a que no iba a pasarme nada que pudiera encender mis días. 

A veces uno necesita una ayudita extra, un plus, algo que no cueste, algo que no implique tanto esfuerzo y sacrificio, algo que venga caído del cielo... 

Algo que no dependa de tí... 

Algo que te haga sentir afortunado, aunque sólo sea un momento.

Eso da fuerzas y da energías... Te permite volver a cargar las pilas para enfrentarte a lo que venga. 

Sigo siendo realista. Y acepto lo que venga. 

Pero por unos días, he tenido lo que quería. 

No sentirme vacía. 

Y llorar de alegría. 

Mi 2017... ya por eso, ha merecido la pena. 

Y aún me quedan 355 días más. 









4 comentarios:

  1. Hola Ana! Qué disfrutes de este año que comienza! He leído tu blog a raíz de una búsqueda sobre reconstrucción con expansores, y tengo que decirte que me ha encantado y me he sentido muy identificada con muchas de las opiniones que das . Yo he pasado por lo mismo sólo que con reconstrucción diferida, me gustaría ponerme en contacto contigo para preguntarte un par de dudas sobre la reconstrucción. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Hola Marina! Ante todo, feliz año y muchas gracias por leerme y participar de este blog!!! Puedes escribirme siempre al email anitagm1978@gmail.com Me encantará conocerte más y ayudarte en lo que pueda. Un besin

    ResponderEliminar
  3. A mí también me gustaría pensar que la vida nos recompensa por las desdichas, pero no es así. Sólo nosotras podemos cambiar las cosas tratándolas de vivir de otro modo, confiar, ilusionarlos, aunque a veces es difícil. Feliz 2017. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú lo has dicho!!! Está en nuestras manos...!!! Espero que este 2017 esté siendo muy feliz!!! Un besín.

      Eliminar