miércoles, 16 de noviembre de 2016

Cómo decir...


Hola de nuevo. 

Estoy intentando sacar un hueco para escribiros. 

Estoy realizando un máster y son muchas horas de clases y hay mucho que leer y estudiar, de forma que me queda poco tiempo para otras tareas. Lo lamento mucho porque os tengo abandonad@s, así como tengo aparcadas algunas otras tareas. 

Prometo que acabo el artículo!!!! Lo acabo!!!!!! Voy a acabarlo!!!!! ✔✔✔✔✔

En fin, que me he decidido a escribiros porque un@ anónimo ha escrito en mi anterior post para preguntarme si la revisión fue bien.

Siiiiii!!!! Fue muy bien, un visto y no visto... Además, hay probabilidades muy altas de que me retiren el tamoxifeno muy pronto, al menos un tiempo!!! 

Así que... me toca esperar un poco más, pero muy ilusionada.

Ya os contaré. 

Ahora sólo me falta la revisión ginecológica. 

Sigo. 

Si me he decidido a escribiros en parte es por dar las gracias por preocuparos por mi y por desearme siempre cosas buenas...
Me enternece...

Gracias mil. 

Otra parte del motivo de escribiros es precisamente porque he empezado a estudiar de nuevo y bueno, estoy conociendo a muchísima gente, sobre todo, gente muy joven con muchas ganas de cambiar el mundo. 

Y ahí estoy yo en clase. 

Con mis rizos. 

Con mi pelo largo.

Con mis tetas de goma.

Con mi carnet de superviviente. 

Es súpersaludable diluirme entre el grupo... sentirme una más donde nadie sabe lo que he vivido y lo que he pasado...

Sin embargo, en muchas ocasiones, me causa tristeza porque me siento apagada. Como si guardara un secreto horrible que fuera hacer que todo el mundo dejara de hablarme o me fueran a repudiar.

Sí, ya sé. Es tremendamente exagerado. Lo es, sobre todo porque estoy rodeada de gente con muchos ideales y muy madura. 

Pero no dejo de darle vueltas a la idea de cómo informar en alguna circunstancia sobre mi relación con el cáncer de mama. Van pasando los días y vamos tomando confianza y surgen aspectos de nuestra vida privada. 

¿¿Cómo decirlo??

Me lo planteo bastante... Casi constantemente.

No sé cómo puede influir, no sólo en los demás, sino en mi y en mi estado anímico. 

Una quiere ser normal, pero en el mundo de las mastectomizadas. 

Ser normal con dos tetas menos y una sentencia de cáncer encima en el mundo de los normales y sanotes... eso no lo quiero porque me cuesta. 

No sé, es algo confuso. 

No sé cómo afrontarlo. 

No sé cuándo es el mejor momento para decirlo.

No sólo me pasa en esta clase de nuevos compañeros. Me pasa también cuando vuelvo a ver a alguien de mi pasado, un ex-algo: ex-amig@; ex-compañera del colegio; ex-compañero de trabajo; ... 

Siempre hay alguien que no sabes si lo sabe... Y cuando me pregunta ¿qué tal? ¿Cómo te ha ido? 

¿Se lo suelto? ¿Es necesario? 

No me gusta que me tengan pena, ni lástima... pero sí que me siento especial por todo lo que he logrado superar. 

Si consigues un título o apruebas una oposición... ¿No lo dirías?

Para mi, es algo parecido. Me siento orgullosa de cómo he salido de esta... O estoy saliendo. Me enfrento todos los días a mis miedos y a mis diablos. Y a veces, creo que no puedo con más sufrimiento y más esperas. 

Pero sigo adelante... 

Siempre digo que tener cáncer de mama no me ha hecho mejor persona, pero sí que me ha hecho sentir especial. 

En muchas ocasiones, muy a mi pesar porque no he dejado de buscar la normalidad... pero tengo muchas cicatrices que me impiden vivir la vida como una más en un grupo... Las mismas que me hacen tener cierta afinidad por personas cercanas a la discapacidad o por aquell@s que han sufrido una gran tragedia en soledad. 

Viviendo esta experiencia del máster más me doy cuenta de todo, aunque haya intentado engañarme a mi misma deseando la normalidad. 

No la quiero.

No soy una Ana mejor, soy una Ana distinta. Ya no tengo las mismas ilusiones, ni los mismos valores, ni las mismas inquietudes... 

Y quiero que lo sepa la gente.

Pero no sé cómo decir... 






1 comentario:

  1. Hola Ana!

    Te leo una vez más y en parte me siento identificada. Sobre todo con el "todos esos ex que te encuentras" :D A mi me ha tocado estar en ambas situaciones: la del grupo nuevo que no sabe nada de mi vida y la de mis coleguis del pasado que vuelven a aparecer. Y mi estrategia ha sido decir lo que que me sale en cada momento sin darle muchas más vueltas. Al principio me comía la cabeza un montón, pero luego nada. Si veo que el tema entra, que hay algo que puedo aportar, pues lo cuento y sino, pues no lo cuento. Todos hemos pasado en algún momento de la vida por situaciones que son traumáticas, que nos han hecho crecer como personas y que seguramente no queremos que le pase a nadie (puede ser un cáncer o perder a un ser querido) y muchas veces no nos planteamos si lo contamos o no, simplemente están ahí y forman parte de nosotros. Con el cáncer parece que sentimos un impulso a que hay que compartirlo, pero en realidad es lo mismo. Mi consejo es que te dejes llevar por la situación y por lo que te pida el cuerpo en cada momento. Y mi experiencia es que a la gente nueva se lo cuentas, se sorprenden un poco porque no les encaja que alguien 'tan vitalista y alegre' :P haya pasado por eso y listo. Siguen adelante. Los ex, son un poco más complicados, pero al final es lo mismo: a veces hace mil años que no te ves y se han enterado y no te quieren sacar el tema, otras veces te ves 10 minutos y no vas a volver a verlos en mil años, así que ¿para qué? Y otras, al menos en mi caso, simplemente me da pereza: no me apetece o no estoy de humor para contar "el mismo rollo otra vez". Así que dejarse llevar es mi consejo: ¿te apetece? Adelante ¿no te apetece? No le dediques ni un minuto. No tienes porqué dar explicaciones sobre tu vida ;) Me alegro de en la revisión todo haya ido genial! ¡Un besazo!

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