viernes, 24 de junio de 2016

La lección más grande que aprendí


Ya os dije que este mes ando un poco liada y se me acumulan las tareas. Intento sacar un poquito de tiempo para escribiros, pero he estado de revisión médica y siempre ando inquieta cuando se acercan los resultados y la visita al Dr. Virizuela. 

Todo ha salido bien, eh? Mi analítica salió perfecta, aunque las hormonas andan aún en estado menopáusico, a pesar de que ya ha pasado un trimestre desde que abandoné el Zoladex, sin embargo, mi oncólogo sigue siendo optimista en este tema... bueno, siempre lo ha sido, así que no sé de qué me sorprendo. 

Tengo muchos temas en la cabeza últimamente que me gustaría compartir con vosotros, pero me falta el toque final, la energía en las manos para poder golpear las letras del teclado adecuadas y que todo tenga sentido. 

Sin embargo, hoy si os hablo es porque ayer una oncoamiga me abrió la mente a un tema que muchas veces obvio en este blog. 

La belleza.

María exponía en su cuenta de Instagram (@mariaguzman88) una experiencia personal que como mujer mastectomizada y que ha pasado por quimioterapia me dolió en el alma.

¿Cómo puede haber gente así? 

Afortunadamente, no me he visto en esa situación tan cruel. 

Os explico mejor. 

Decía María que en la última semana había recibido "críticas fuertes sobre su físico por los cambios generados debido a los efectos de un tratamiento oncológico". Ella cita " ya no eres la misma de antes, perdiste lo bonita que eras". 

Mi reacción no fue la de ella, yo me molesté. Duele. Aunque pudiera ser cierto, ¿quién es tan cruel para criticarle eso a una mujer que ha pasado por algo tan duro que ni os imagináis los que estáis sanos? 

Os invito a entrar en su cuenta de Instagram y descubráis a la María que yo conozco... Tiene la cara más bonita que nadie pueda imaginar...con su millón de pecas y su eterna sonrisa. 

Yo no me he visto en esa situación, pero si que he aguantado estoicamente en plena quimio comentarios como ¡qué gordita estás! 

Tócatelo!!! Envenenada que estoy con la quimio y los corticoides a lo bestia como coño quieres que esté!!!! De comer no era... y aunque hubiera sido de comer!!! Qué coño, déjame que me harte de helado sin remordimientos que tengo cáncer!!!

Uff!!! Ya, ya pasó Ana. Relax. 

Sé que no iban en plan mal, pero tenemos tan poco tacto con los enfermos la mayor parte del tiempo... No sé, siempre es el débil el que tiene que hacer de tripas corazón y no mandar al carajo a las personas. Decidimos aguantar esos comentarios, una y otra vez, porque preferimos pensar que se dicen las cosas sin pensar. 

A veces, una se harta y manda al carajo a la gente y acabas siendo tú la mutilada y la mala. Y la gorda... claro. 

María es tan bonita que ella en vez de enfadarse y sentirse mal se sentó y meditó sobre qué se considera belleza en estos tiempos que corren. Y es tan preciosa que con su bondad nos explica que "la belleza de una persona no se mide por la forma en la que viste, luce físicamente o se expresa en algún momento dado. Sino por su esencia, la forma en que sonríe, ama, ayuda, vive y comparte con los demás". 

¿Cómo os quedáis? 

Yo me emociono de leerla, la verdad. 

¿Se puede tener un corazón más grande y que lata tan fuerte?

Yo llevo pensando desde que la leí sobre cómo me siento yo sobre este tema. 

Y me dí cuenta que el cáncer de mama que he padecido me ha regalado algunas cosas, a pesar de que me ha quitado muchas, más de las evidentes. 

Siempre os digo que el cáncer me ha enseñado a vivir más el hoy y menos el mañana... Que hay que celebrar las pequeñas cosas y los momentos más sencillos, porque ellos le dan vida a la vida.

Sí, todo eso he aprendido. 

Pero también perder mi piel en una mutilación me ha hecho aceptar mi cuerpo como antes no lo hacía. Me ha hecho ver que no me importa lo que los demás opinen sobre mi aspecto, ni me duele que me miren el escote buscando las diferencias o las cicatrices. 

Mi cambio físico sorprendentemente me ha permitido ser yo misma. 

La pérdida del cabello, de mis mamas, de mis cejas y pestañas, engordar 10 kg, perder 5, coger más panza, estar menopáusica,... son esas cosas que dejan huella en una mujer que pasa por cáncer de mama. No son cosas menores. No nos digáis que lo importante es lo importante. Es insoportable oír esto de una persona que jamás, jamás se ha enfrentado a la posibilidad de morir. 

Los sanotes no soportaríais de buena gana que os dijéramos ante un pinchazo del coche, una discusión con un compañero de trabajo, una gripe,. .. "eso no es un problema". Por eso, no lo hago. Pero lo pienso. Sorry. 

He aprendido en 3 años más que en toda mi vida, pero de la mal llamada "la pérdida de la belleza" he aprendido la lección más grande de las que he llegado a aprender en 38 años...

-Que nada es lo suficientemente bello en esta vida para quien no sabe que no encontrará la belleza mirando con sus ojos, sino sintiendo con su corazón-  

Os invito en esta entrada del blog a que reflexionéis sobre qué es la belleza para vosotros, para que dejéis de mirar con ojos que parecen básculas, para que las palabras no hieran, para que nos hagamos más fuertes que las malas intenciones, para que quien no nos vean bellos, sean invisible para nosotras,... 

No esperéis a pasar por un cáncer de mama.

Por si no os lo decís mucho...


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