lunes, 28 de abril de 2014

REDES SOCIALES

Hace meses que tomé la determinación de tener al día innumerables pensamientos positivos ante todo, frente a los negativos, que deberían quedarse en uno o dos al día, con la intención de que tarde o temprano desaparecieran. He leído sobre inteligencia emocional, sobre elementos motivacionales, positivismo,... y aporto mi granito de arena usando las redes sociales para transmitir los pensamientos positivos que me inspiran día a día y hacen que levantarse sea menos duro. 

No sé si habréis sentido esto alguna vez, pero para mi muchos días levantarme de la cama era un reto. Sin nada que hacer y enferma. A veces me despertaba y cuando me daba cuenta de que estaba calva o no me sentía el pecho, lloraba porque me hubiera gustado que no fuera realidad y vivir en el sueño que acababa de tener, que ni recordaba, pero que sería mejor que lo que tenía delante. Es una sensación horrible. La he tenido varias veces, la más cruel una noche en la clínica recién operada. Hubiera hecho cualquier cosas por no sentirme así. Pensar que mi realidad era un asco y que mejor me quedaba en un sueño. 

Hace ya meses comparto recién despertada un pensamiento positivo en mi cuenta de Facebook... y, aunque lo hago para ayudarme, sé que ayuda a muchos de los que me siguen y eso para mí es motivante. 

Tengo mucho tiempo para mí, para recuperarme y he pasado mucho tiempo en las redes sociales, no sólo compartiendo mis vivencias, sino observando las de los demás, cuando las mías se reducían a quimio, médico, náuseas, dolor, mucho más dolor, más médicos, no encontrarte a Terminator para sacarte sangre,... Una fiesta vaya...

Si alguno de mis amigos se iba a la playa mientras yo no podia ni asomarme a la ventana por el calor o la luz que había, en parte, yo estaba allí. Cuando os levantáis para ir a currar y os quejáis de lo que madrugáis, yo quisiera estar ahí, haciendo el vuestro, que me parece el mejor del mundo... 

Ahora que ya me estoy recuperando y que poco a poco vuelvo a mi nueva normalidad me sigue gustando compartir mis vivencias con mis amigos. Es como un altavoz para gritar al mundo que estoy recuperada. Me gusta hasta el abuso decir que me voy a la playa, que mis pies se han hundido en la arena, que llueve y me he mojado, que me voy al pueblo, que me pone Val Kilmer porque estoy viendo una peli de hace 20 años y sale estupendo... y lo mejor, es que ya a veces piensas en el siguiente post para cuando vuelvas a hacer algo por primera vez o cuando me den el alta y pueda volver al curro... 

La vida en directo... 

Siempre he creído en el poder de las redes sociales. Yo las uso para compartir mi día a día con los que participan de mi Facebook o mi Instagram o ahora, de este blog. Ir a la playa cuando tenías prohibido ir es un hito en mi vida, ... Por eso, quien bien te quiere, lo entiende. Y participa de tu alegría porque para quien no lo sepa, las alegrías son más alegrías cuando son compartidas. ¿Hay algo mejor que decirle a todos los que te conocen que algo bueno te pasa? ¡¡¡Cómo no hacerlo!!!

Lo mismo con lo negativo... ¿cómo no buscar consuelo cuando algo malo nos ha ocurrido? Yo me sentí siempre querida y apoyada gracias a todos los que participan activamente de mi cuenta de Facebook, que me ha permitido tener contacto diario con muchas personas que me aprecian y me valoran y jamás han dejado que me sienta sola. Y he hecho amig@s nuev@s. ¿No es genial?

Me gustan las redes sociales activas, en las que participas y participan... Entiendo al que no participa y recela de la seguridad y hasta entiendo al que se dedica sólo a cotillear, pero si tienes tiempo para entrar y mirar, lo tienes para participar. Os invito a hacerlo. Para mí es una experiencia muy positiva y lo positivo, lo recomiendo. 

Se puede recomendar un libro. Una película. Una playa. Se puede compartir un atardecer, un concierto, una boda,... una enfermedad. 

La forma en la que la gente participa en las redes es bastante significativa y refleja en parte nuestra forma de ser o cómo quisiéramos ser. 

Me encantan también los mensajes encubiertos que sólo entienden dos amigas o dos hermanas... y muchos malinterpretan. Esos mensajes enigmáticos... Esos mensajes revolucionarios... Los mensajes de un bético, que ya no escribe, los post de lo grande que es el Sevilla que te tocan la moral, aunque ya ni eso porque ya no hay moral bética más baja,... 

Cuando me decidí a escribir este blog lo hice porque a mí leer en otros blogs sobre chicas que han luchado contra un cáncer de mama y participar en ellos me ha servido para conocer gente maravillosa y me han dado aire cuando a veces no me bastaba con respirar. 
No sé si alguna vez esto lo leerá alguna chica con cáncer de mama, pero si lo hace, la invito a participar, a no tener miedo a que la vean tal y como es, a hacer una amiga nueva, que sabe lo duro que es y que la ayudará en lo que necesite. 
A mis amig@s que me seguís o me seguiréis, pues si alguna vez pasáis por un momento realmente difícil, pues espero que mi experiencia y mi aprendizaje os sirva de algo y sobre todo, para que sepáis que estoy al otro lado de las palabras y que soy así, transparente y simple. Y que estaré ahí. 

Y sobre todo, QUE SE PUEDE SER FELIZ SÓLO CON COMPARTIR UNA SONRISA CUANDO MÁS CUESTA SONREÍR. 

Un millón de besines. Millones. Trillones.




2 comentarios:

  1. De blogger a escritora Anita que te estás soltando de una manera...

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  2. Jajaja... Eso ya requiere mas preparación!!! Pero gracias... Eso es que me lees con buenos ojos!!!

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