viernes, 14 de octubre de 2016

Behind the scenes

En Octubre todo es rosa y más que nunca todos nos informamos muchísimo de qué es el cáncer de mama y qué hay que hacer para prevenirlo y para curarlo. 

Perfecto. 

Sin embargo, detrás de todo eso está el día a día de las mujeres que tienen cáncer de mama y de las que lo estamos superando. 

Como es mi blog y es mi experiencia, hoy os quiero contar parte de mi día a día... por culpa del cáncer de mama.

Cuando me siento a desayunar... esto es lo que veo.  



Me tomo 3 pastillas, bueno 4, que también ha caído un protector gástrico. 

Todos los días igual. 

Por el cáncer de mama.

Me tomo mi tamoxifeno todas las mañanas, aunque alguna vez se me olvida.. O hago que se me olvida. 

Soy una rebelde. 

Sin embargo, desde hace tiempo le acompaña una cápsula azul, de la que detesto el olor. Es el Neurodavur, que son vitaminas de la familia B, de buena gente. 

Me la tomo porque tengo el brazo izquierdo a la virulé. Desde la mastectomía, tengo calambres, adormecimiento, sensación de hormigueo, dolor... Esa pastillita mejora algunos de los síntomas, pero llevo una temporada con bastante dolor, así que recientemente, en una de mis revisiones del linfedema me han recetado la famosa "Lyrica", aunque yo desconocía su existencia. 

Por lo visto, tengo una neuropatía y algo cronificada. ¿Se dice así? Hoy parece que estoy espesa en todos los idiomas. La verdad que llevo poco tiempo tomándola, pero algo de mejoría siento. 

La doctora me ha recetado 75 mg, pero me ha recomendado que vaya semanalmente subiendo de 25 en 25 mg. 

Lo malo es que no debo beber cervecitas mientras esté tomándola. 

Lo bueno, alivia. Bastante. Y duermo como una marmota. Que también alivia, ya que la menopausia me ha traído un fantástico insomnio. 

La mayoría dirá... bueno, no es para tanto. 

Sin embargo, yo odio tomarme las pastillas.

Me recuerdan todos los días que tengo que seguir luchando. 

Me recuerdan todos los días que la vida ya no es igual que antes y que jamás volverá lo que había antes. 

Ni mejor, ni peor. 

Llevo casi 3 años tomando tamoxifeno. Castrada. Sufriendo una menopausia que se me antoja una condena. Normalmente no lo pienso, pero dado la lista de efectos secundarios que puede presentar, a veces me planteo que cambios estará sufriendo mi cuerpo por tomarla ya durante tanto tiempo. 

Me refiero a mis huesos, a mis mucosas, a mi conexiones neuronales,... Esas cosas que se nota que están distintas. 

Ahora me toca tomar esta pastilla de nombre tan melódico. 

Me hace bien, pero me planteo... ¿¿dejará de dolerme alguna vez??

Por otra parte, ayer venía de caminar con Anto, que estamos muy andarines últimamente, y me molestaba el pecho mucho. Como si llevara un sujetador 2 tallas más pequeñas. 

A veces me pasa. 

Mi pensamiento triste fue... ¿Y así será siempre mi vida? 

Resignación. 

Cuando estaba con la quimio o luego, tras la operación, como me sentía tan mal, toda mejoría me parecía un regalo. Sin embargo, cuando pasa el tiempo, nadie te echa cuentas, de hecho los médicos cada vez menos. 

Está guay eso, ¿eh? Eso significa que confían en tu recuperación completa. Sin embargo, me he acostumbrado a cierto nivel de molestia que me preocupo. 

Me parece supertriste.

He creído durante mucho tiempo que el dolor, la rigidez y la tirantez era algo que debía soportar y dar gracias por seguir viva. 

Cuando han dejado de echarme cuenta, he empezado a ver que se puede mejorar. Que no debería ser tolerable mi dolor ni mi malestar muscular. Tener una prótesis de mama debajo del pectoral, que ha sido extendido para que parezca una teta es tela de jodido. Constantemente siento esa molestia. Sin embargo, descubrí en la Fisioterapia un remedio fantástico para aliviar esa molestia. 

Confío también en que la farmacología funcione y me quite este dolor. No sé si me lo podrá curar, pero al menos espero que me permita "respirar aire puro" durante un tiempo. 

Entre las oncobambalinas pasan muchas cosas que los sanotes no veís... y ni queréis ver. 

El cáncer de mama no es algo que se supere y lo recuerdes como quien recuerda una varicela. 

El cáncer de mama me acompañará toda mi vida y desgraciadamente, las secuelas también. 

Conclusión:

Sigue tocando luchar... No vamos a parar ahora, ¿no?





2 comentarios:

  1. Hola Ana! Hacía unas semanas que no me pasaba por aquí y estoy poniéndome al día. ¡Ánimo! Cuando dicen que esto es una carrera a largo plazo creo que todas tenemos en mente de algún modo esos 5 años... Yo ya estoy ahí, pero me he visto muy reflejada en tu reflexión de este post: no se si el cáncer de mama -de algún modo- nos acompaña toda la vida, pero desde luego las secuelas no nos las quita nadie. En fin chica, que te envío mucho ánimo, un besazo y mucha fuerza para que sigas buscando solución a esas molestias que no tenemos porqué darlas por "normales" nunca. ¡Un saludo!

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    1. Muchas gracias por tu ánimo!!! Son días malos... bueno, a veces son sólo ratos malos. Voy bastante mejor, pero ahí está ese dolor de fondo!!!! Lo bueno es que sigue pasando el tiempo y acá seguimos... Un besín.

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